lunes, 28 de marzo de 2016

SOBRE LA INTUICIÓN


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Duda e Intuición


Siempre dudo, incluso de mi propia existencia; por este motivo en la duda se aloja la Veracidad.
       
La Intuición, como herramienta fundamental de búsqueda, y obtención, de la Verdad.

¿Qué nos dice esta primigenia y, sobre todo, femenina herramienta? Algo que no poseemos la mayoría de los varones o, si la tenemos, no la disponemos suficientemente “entrenada” (más bien olvidada) y, por ende, con una capacidad limitada de poder ser utilizada con garantía de éxito. Nuestro pensamiento (entre los hombres) "lógico" y, sobre todo, “masculino” obstaculiza posibles respuestas o caminos.

"La única cosa realmente valiosa es la Intuición"
Albert Einstein


No es cuestión de solventar todo a base de presentimientos, pero, tampoco de no tener, enteramente, en cuenta las ideas "sentidas", más que "pensadas".

La Intuición es el resultado de Intuir (del Latín Intuēri: "mirar hacia adentro" o "contemplar"): "Percibir íntima e instantáneamente una idea o verdad, tal como si se la tuviera a la vista" (DRAE). No obstante, esta misma académica definición, se podría ampliar, libremente, a dos más concretas. La primera de ellas, de carácter más genérico: facultad de comprender las cosas súbitamente, sin necesidad de razonamiento. Y la otra desde una visión filosófica: percepción interna, y repentina, de una Idea o una Verdad que aparece como evidente a quien la posee. En síntesis: facultad de comprender o percepción íntima, e instantánea, de una idea o una verdad que aparece como evidente (axiomática) a quien la tiene; sin necesidad de razonamiento lógico o argumentación necesaria. Y cerrando el círculo: es un adquirir conocimiento, o información de algo, desde el propio interior de la PERSONA.

-¿Nos os habéis planteado nunca por qué, en muchos momentos de vuestro quehacer existencial (no siempre), adivináis lo que va decir vuestro interlocutor o la respuesta del mismo o, incluso, de terceros; y, en otros casos, estando solos (o acompañados), percibís, segundos antes de la llegada de alguien, su segura presencia?-

Hay que aclarar que una parte de estos sucesos, que todavía no se han producido pero que "intuitivamente" percibimos su esperado desenlace, son motivo de la cotidianeidad por parte del observado. Es decir: las mismas tareas repetidas diariamente. En este caso la experiencia, por parte del observador, de memorizar inconscientemente ese "día a día" del sujeto hace que no se necesite ejercer el intelecto para prever que esa PERSONA hará acto de presencia en cualquier instante.

¡Es así!, pero... ¡no! Me explico: el que se quede uno con las tareas rutinarias de los demás es encomiable. Pero, no radica aquí el quid de la cuestión. Pueden llegar a pasar días, semanas, meses e, incluso, años que, esa PERSONA, no la hemos vuelto a ver, y ese mismo día, horas, minutos o segundos, antes de su irrupción en el lugar donde nos hallamos, percibimos repentinamente su presencia, ¿cómo llamaríamos a esto?          

En una locución popular se suelen expresar, habitualmente, otras voces equivalentes, a lo que he referido con sincera rotundidad, como presentimiento o corazonada. Pero... ¡hay más!

Haciendo una observación detallada, acerca de sus múltiples sinónimos, analizaremos algunos de ellos, gracias al interesante valor (de complementariedad) que nos pueden llegar a aportar, para el total desarrollo del presente discurso,

  • Presentimiento (de presentir): generación espontanea de un sentimiento antes de que suceda. Es decir: hay un (pre)sentir o prever, a través de indicios, algo. 
  • Premonición (Precognición): supuesta capacidad de conocer hechos futuros.
  • Instinto (motivación interna): son modelos de comportamiento (o automatismos) heredados de padres a hijos. Es como una impronta (una remembranza o sello), común a todas las bestias, incluidos los humanos.  Las sociedades (tanto religiosas como laicas) lo han desterrado. Pero, no obstante, la supervivencia así como la descendencia, siguen presentes en lo más recóndito de nuestro ser animal.   
  • Clarividencia (visión con claridad): es lo que se denomina una supuesta (y acientífica) percepción extrasensorial.

Después de lo ya expuesto, se admite que la captación sensible procura un entendimiento Intuitivo de la Realidad. De la misma manera, el juicio tiene una "percepción intelectual" apta para poder conocer la naturaleza de las cosas y sus variadas representaciones a través de las sucesivas ideas que se vayan concibiendo.

Entrando en el terreno de la psicología, conforme a ciertas proposiciones, se designa Intuición al discernimiento que no adopta una pauta razonada para su realización y enunciación y, consecuentemente, no puede expresarse. El sujeto puede enlazar esa información, o Conocimiento, con vivencias precedentes, pero usualmente no es capaz de advertir por qué llega a una estipulada finalización, o sentencia, y no otra. La Intuición puede manifestarse, más comúnmente, como súbita respuesta sensible a un acontecimiento concreto, sensación  o apreciación, que como una reflexión abstracta procesada y muy vinculada con la fe y con una particular filosofía.


Aspectos razonados de la Intuición

La Conciencia acrítica, da por hecho que el juicio inmediato a través de la experiencia captada por los sentidos, certifica una Intuición referida a lo Real.

Como ya se ha expresado, la Intuición, como génesis del Conocimiento y sus diferentes aspectos, así como su correspondencia con la Realidad y, efectivamente, su argumento verdadero, ha correspondido, poco más o menos, a todos los modos de atención en lo tocante al valor de la ciencia y de la filosofía.

Desde los albores del pensamiento filosófico la comprensión a través de los elementos sensibles ha sido cuestionada en cuanto a su imparcialidad, e integridad, y, en consecuencia, su supuesto valor de conocimiento científico; ocasionándose, a la sazón, la traba indisoluble respecto de cómo es permisible el valor neutral de toda unidad básica de conocimiento humano (Concepto) y su correspondencia con lo sensitivo y, finalmente, la ecuanimidad del Conocimiento en su reivindicación de indiscutible Conocimiento como ciencia.

La insuficientemente reconocida filosofía antigua permitió la Veracidad de ideas que formaban la razón como conocimiento emanado por conceptualización del conocimiento único de la experiencia, de igual manera que el entendimiento "agente" fue competente en "intuir las naturalezas" de los objetos.

Si en la antigüedad se consentía la Intuición del Conocimiento sensitivo de la experiencia como la Intuición docta del intelecto en la obtención de los Conceptos, esta idea permutó drásticamente en la Edad Moderna.

A día de hoy la Intuición se estudia dentro de los límites del Cognitivismo. Pasando a ser su estudio de carácter transversal, por intervenir las llamadas ciencias positivistas, por un lado (neurofisiología, biología molecular, genética, psicología,..etc.), y por otro las filosóficas (antropología, sociología, lingüística, pedagogía, metalingüística, ontología... etc.).
 

Un breve esbozo de psicología analítica y cognitiva

En el mundo de la Piscología analítica, se estima la Intuición como una de las fases del desarrollo mental en la naciente infancia. Explicándose como una estricta interiorización de las sensaciones y los movimientos bajo la figura de imágenes representativas. Por todo ello, el estudio de los símbolos y su interpretación (subjetiva) desarrolla abiertamente la Intuición. El Símbolo representa la Idea que queremos expresar, al ser comprensión y síntesis. Es decir: la Intuición es una capacidad psicológica que transfiere ideas por caminos inconscientes. Únicamente a través del Símbolo puede, lo inconsciente, ser aprehendido y citado.

Desde una visión cognitiva, se estima que el cerebro funciona con una mente escindida en dos canales, pero interconectada:

  • En uno, es una mente "secreta" e intuitiva que es veloz, espontanea, irreflexiva, heurística (pensamiento divergente) y automática.
  • En el otro, está la mente consciente o manifiesta, razonada, secuencial, racional, y que demanda ahínco y constancia para que actúe.

Automatismo y cotidianidad


La repetición de frases hechas y tareas diarias repetitivas por parte del emisor, dotan al receptor de una ventaja acerca de los previsibles movimientos del visitante o interlocutor. También hay que señalar un evidente enlace (sintonía vibracional) entre los mismos (difícilmente demostrable desde la ciencia oficial pero evidente) ayuda a que se produzca esta enigmática "conexión". -En un anterior post ya establecía que existe un innegable vínculo entre todos los seres del universo. Siendo la suma de todos nosotros, lo que diríamos en llamar, la citada Consciencia Superior, Universal o Cósmica-

No obstante, no todos los seres estamos conectados de igual manera, intensidad o forma. Me explico:

  • Conexión desfasada: hay una deficiente unión; las relaciones interpersonales son malas o prácticamente no existen. Es lo que se conoce por animadversión. No sabemos porque pero... "no hay conexión" entre las partes.
  • Normal conexión: se evidencia una educada unión; las relaciones interpersonales son las correctas, siendo las que nos permiten transitar en el día a día con los demás miembros de la comunidad de una forma aceptable.
  • Sintonización (o sincronización): flechazo axiomático, "media naranja", "alma gemela", "feeling" o "química". De ésta pueden derivar, con el tiempo,  en una intensa, y longeva, amistad o en unas presumibles relación de pareja...

(...)

Somos unidades vibracionales, en permanente estado de emisión y recepción (y si no lo estamos, es que hemos… “transcendido”). Por lo que, indistintamente, atraemos y repelemos. En todo momento estamos emitiendo Belleza (no para todos), de igual manera que la recepcionamos. Somos obstinados buscadores de Belleza pero, a la vez, somos depositarios de la misma (SOBRE LA BELLEZA).

(...)

 

Sobre el Conocimiento y la Intuición


Existe el Conocimiento profundo, o espiritual (Gnosis), desarrollado por los gnósticos (sectas cristianas primitivas del gnosticismo). Es el Conocimiento que forma parte indisoluble de la Esencia Humana. Es un Conocimiento Intuitivo; que no es el científico o racional, y es la adquisición de Conocimiento a través de la Iluminación.

Y, ¿qué es Gnosis? es la vía que conduce a la Iluminación Espiritual, Esotérica o Mística a través del Conocimiento íntimo que lleva a una supuesta salvación. Los iniciados no se salvan por la fe en el perdón de un Dios indulgente y misericordioso, sino gracias a la Gnosis (Conocimiento Esotérico del ser). La Luz, como elemento Metafísico, adquiere el papel fundamental de mecanismo impulsor y de Transcendencia hacia la Verdad última.

 

 

Intuicionismo


Como colofón mencionaremos una escuela filosófica que se conoce con el nombre de Intuicionismo. Es una "epistemología religiosa" (o mística), que trata de remplazar, por la sola Intuición el conocimiento racional y lógico. El mismo se encuentra en el ontologismo, en la Filosofía de los Valores, en el neoplatonismo, la teosofía, la antroposofía y el modernismo (en la medida que éste quería liberar la Teología del dogma, que nos es más que un conocimiento indirecto, para acceder a una experiencia religiosa mística inmediata).

Como Filosofía de los Valores o Intuición Ética, se basa en doctrinas morales en las que la Intuición de lo Ético desempeña un papel fundamental. Existen términos Éticos como "lo bueno", "la obligación Moral", "lo justo",... etc., que solamente son aprehensibles directamente y "por Intuición".

 

Conclusiones:


  • Procesamos, permanentemente, información desde el inconsciente. Por lo que no somos participes activos (lógicos o racionales) de la captación de dicha información.
  • La misma no es rechazada; el inconsciente trabaja en paralelo a dicha información.
  • Al surgirnos la idea (¿Iluminación?) no la pensamos si no que la sentimos.
  • Inferencias Prospectivas (Intuición temporal) o Predicciones.
  • Y por último, se crea una asociación inconsciente de experiencias pasadas, por lo que gran parte de la Intuición se adquiere mediante la interacción con el medio. 

Santiago Peña


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domingo, 20 de marzo de 2016

RESIGNACIÓN VS CONCIENCIACIÓN


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Una nueva Escuela cambia a la PERSONA;
Una nueva PERSONA cambia a la Sociedad


Introducción

Definición de Resignación (término de raíz religiosa): es la renuncia o dejación voluntaria de un beneficio social, económico, político, profesional,...etc. Si nos atenemos a su estricta enunciación: "entrega voluntaria que alguien hace de sí, poniéndose en las manos y voluntad de otra persona. O conformidad, tolerancia y paciencia en las adversidades" (DRAE).

Definición de Concienciación (es decir, concienciar): Hacer que alguien sea consciente de algo.  O adquirir conciencia de algo (DRAE).


¿Vivimos en una civilización/sociedad resignada?

Hoy el materialismo (como doctrina vigente, poco más o menos, todo lo alcanza, poco más o menos, todo lo controla) ha desnudado a la PERSONA. EL Ser ha sido infamemente constreñido y ultrajado: todo por una posición social, todo por el prestigio, todo por el dinero, todo por el poder, todo por la fama... ¡Todo por nada! Por todo ello, occidente ha desterrado a (nuestro) dios (interior) y ha pretendido "convertirnos" en dioses... ¡y nos hemos creído dioses! El consumismo, como meta de una supuesta (y falsa) “felicidad”: más tengo; más deseo... ¡y más vacío me encuentro! Somos "esclavos" de nuestra "durmiente" existencia; somos (nuestros) tiranos; somos (nuestros) carceleros; somos (nuestros) verdugos y somos (nuestros) vencidos guerreros. ¡Idiotas postmodernos!

Las llamadas democracias liberales (imperantes y hegemónicas), en las que estamos ineludiblemente instalados, nos han despojado de los atributos propios (sagrados e inviolables) de la PERSONA, como son: Libertad, Ética, Dignidad, Justicia, Individualidad, Verdad, Integridad y Humanidad. Ensalzan la (perversamente evocada de forma machacona y prostituida) "libertad" del individuo para... poder seguir explotando a sus  semejantes; para poder acabar con sus creencias, con su individualidad y con su integridad. Por lo que, esta civilización enferma (sin Valores) y deforme, se caracteriza por rasgos, y calificaciones, tan concluyentes, y execrables, como: burocrática, prepotente, injusta, alienante, “globalizadora”, clasista, discriminadora, incompetente, corrupta y liberticida. En definitiva: inhumana.

En estos momentos de incertidumbre y dificultad, con una más que preocupante tendencia al fracaso (crisis que no ha prosperado), ha sobrevenido una evidente herida esquizoide de carácter universal. Se podría decir, sin temor a equivocarnos, que estamos embarcados en una loca transición; aparentemente sin una dirección preestablecida, con un “mareo existencial” y en la que una gran mayoría de nuestros congéneres (posiblemente no todos, por supuesto) no se han dado ni cuenta. Por todo lo expuesto, todo el orbe occidental, ha tocado a su fin. Todas las lecturas marcan una clara tendencia al colapso (una parada brusca sistémica) o, en el mejor de los casos posibles, una evolución hacia algo (sin rumbo) que no sabemos lo que es.

Como vulgar tribu cientifista que somos, nos encontramos en la paradójica situación de no responder a nada del cúmulo de estímulos negativos que se van sucediendo reiterada y sincrónicamente. Todo ello -¡insisto!- nos está abocando a un siniestro, terrible e irremediable suicidio colectivo. Nos hundimos y nada hacemos... nos ahogamos en un aparente caos, con rasgos de cainismo social. No sabemos nadar hacia la orilla del mar de la negritud... nos estamos asfixiando... no somos capaces de retroceder... agonizamos… La misma sociedad, resultante de egoísmos colectivos, ha castrado nuestros medios naturales de (auto) defensa: ¡virgencita, virgencita, que me quede como estoy! Esta expresión, propia del refranero popular e imperante en una parte importante de la población, indica hasta qué punto hemos perdido la capacidad de reacción ante la adversidad. Se ha disipado parte, o bastante, de un eufemístico estado del bienestar y no se quiere acabar de perder el poco (o casi nada) que nos queda. Prácticamente migajas.

El fallo principal, al vagar en nuestro acto de existir, es erigirnos en centro de nuestro narcisista “universo”, cuando en realidad… ¡somos satélites del mismo! La Humanidad, en su humildad infinita, debe de abandonar ese pedestal, que no nos corresponde; asumiendo un papel subordinado de adaptación al entorno y no al contrario. Por lo tanto, tenemos la obligación moral de sintonizar con nuestra madre, la Naturaleza; entrando en concordancia con ella. La armonía obtenida, junto con una renovada coherencia existencial, nos otorgarán ese plus recóndito en la escala de la evolución. Habremos reconstituido a la PERSONA. Mientras no demos ese paso transcendental, seguiremos siendo unos pobres humanoides tecnológicos, intrínsecamente inmaduros, incompletos y trágicamente infelices. Transitando en una espantosa soledad... a pesar de ser millones de sujetos pisándonos los callos, los unos a los otros. -¡No hay soledad más terrible que te estén pisando y no te vean!-        

Por tanto, debemos rescatarnos y debemos reconstituirnos. Es necesario. Es justo rehabilitar al ser esotérico, puro y más querido que llevamos todos... en lo más profundo de nuestro ser. Es preciso, en gran medida, "renunciar" a lo Material para recuperar nuestra Dignidad. Ser PERSONA y nada más.

¡Durmientes moribundos, despertad!


¿Nos estamos, verdaderamente, Concienciando? 

Es notorio que, nuestros anhelos y esperanzas, no están cayendo en vano. Se está empezando a materializar (posiblemente de una forma incipiente) una Conciencia Universal sobre nuevos ¿paradigmas? y/o planteamientos vitales...

En este último decenio ha surgido el llamado “movimiento de los indignados”: colorido conjunto de PERSONAS en el que convergen una serie de (particulares) intereses sociales, ideológicos, económicos y  políticos; que se complementan, en la mayoría de los casos, pero, también, se contraponen. En estos sectores de la sociedad se hallan colectivos tan variados (e inconexos) como: pensionistas, docentes, funcionarios, estudiantes, intelectuales, antisistemas,…etc. Parece que algo empieza a moverse…

No me considero ni un utópico ni un iluminado, simplemente una persona con una capacidad crítica lo suficientemente despierta para intentar ver la Realidad de las cosas. Bajo mi modesta opinión, se han hecho muchas cosas mal (no todas). La sociedad está formada por seres humanos. Por lo que, si queremos mejorar (o cambiar) a la sociedad/civilización, primero tendremos que mejorar a la PERSONA.

Por un principio Ético Universal convendríamos en aspirar a la Verdad y al Conocimiento Armónico del Universo. Por lo que deberíamos tender a ello y percibir que esta insuficiencia, y el cumplimiento de las mismas, tienen una sagrada obligación superior a nuestra Vida perecedera. No obstante, esta insigne voluntad de adquirir conocimiento, con una más que evidente aspiración moral, debería venir acompañada por la pureza de la intención en sí misma.

El entorno es muy desfavorable; es como un lastre… un yunque pendiendo de nuestros pies. Nos falta la entereza y la valentía para afrontarlo. Temor colectivo a ir a un más allá, como siempre, desconocido. Muchos de nosotros (y me pongo de ejemplo) no somos modelos de cambio ni de renovación. La incoherencia de una parte de nuestros actos nos desacredita, minando nuestra credibilidad. Perdemos fuerza moral y el desaliento nos invade. -¡Gran dilema!-


Pero,… ¡sí se puede!


La PERSONA, en su concepción ontológica, es Libre de Pensamiento y Acción. Por lo tanto, si no queremos renunciar a nuestra suprema responsabilidad de ser lo que somos, tenemos el deber moral de regirnos por Valores Supremos, Eternos e Inmutables.

Es meridiano que, después de esta reflexión, la Filosofía y las llamadas ciencias del espíritu (humanidades) tienen que volver a recuperar su posición cardinal en el sistema educativo. Si no es así nada habrá que hacer. El nihilismo liberal astutamente las ha desterrado del mismo. El sistema (perverso per se) es consciente de la infinita fuerza rehumanizadora de la Filosofía (y del resto) y no permitirá que, todas ellas, sean restituidas en el excelso lugar que se merecen y en el que jamás debieron ser expulsadas. ¡Por una nueva educación; por una nueva PERSONA; por una nueva sociedad!

Seremos libres cuando disfrutemos, verdaderamente, de la Realidad



Santiago Peña


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